Practicar deporte supone aprender habilidades y desarrollar capacidades a partir de nuestro cuerpo en movimiento. Puede ser también una vía de escape, liberación de energía o desconexión que contribuye a nuestro bienestar psicológico, aportandonos sensación de relajación, claridad para pensar, razonar y paz interior…Además el deporte es un elemento de cohesión social que favorece las relaciones entre las personas, a partir del respeto, la superación, la colaboración por un objetivo común, la comunicación, la confianza, la unión, el trabajo compartido….
El deporte en la empresa, de manera similar a lo que sucede en otros contextos como colegios o clubes, permite establecer relaciones más o menos afectivas con compañeros de otros departamentos o edificios con los que rara vez se coincide.
Es un nexo de unión espontáneo, que surge de la interacciónes que se producen cuando jugamos y pasamos el balón a una persona que conocemos poco, o corremos junto a compañeros con los que tal vez no congeniamos demasiado.
¿Qué puede aportar la actividad deportiva a las personas de tu empresa?
- Una mejor relación entre compañeros, potencia los lazos creados en la oficina y reduce o elimina posibles asperezas o conflictos que puedan existir entre otros compañeros e, incluso, con los jefes. Los deportes y juegos practicados en grupo implican entenderse y actuar hacia un objetivo común. ¿Y si lo aprovechamos para demostrar que en la oficina también se puede llegar a entendimiento?
- Mejora la autoestima, a partir de generar acciones que suponen superación personal y cooperación con los demás. A través del deporte y la actividad física nos sentimos valorados, reconocidos, vemos que podemos, conocemos nuestro cuerpo…A partir de esta sensación de bienestar que produce el deporte, los empleados van a tener un plus de energía y, en especial, cuando tras el ejercicio o al día siguiente pueden compartir sus vivencias.
Esta inyección de autoestima se traduce en mayor productividad. El empleado se siente con más ganas de trabajar y, seguramente, más concentrado y creativo, lo que puede dar lugar a una mayor capacidad de negociación y comercialización de productos.
¿Y si lo aprovechamos para potenciar la identificación con la empresa?
Podría producirse un mayor engagement con la empresa, hablando en términos de social media marketing. - Libera el estrés acumulado. Además de mejorar nuestra forma físíca, integrar el hábito de salir a correr, caminar o nadar antes o después de trabajar nos ayuda a liberar el estrés. Aporta sensación de relajación, desconexión y aporta equilibrio a cuerpo y mente. Se trata de reservar un rato del día para uno mismo y su deporte. Cada persona lo enfoca a su manera teniendo en cuenta su nivel de responsabilidad en la empresa y las situaciones que le toque afronatr tanto en el trabajo como en su vida personal.
- Favorece el trabajo en equipo. Si queremos potenciar el trabajo en equipo entre los empleados echaremos mano de juegos y deportes colectivos o transformaremos las actividades más individuales (running, natación, bicicleta), en grupales, a partir de Plantear un objetivo común para todos que suponga llegar a entenderse.
Necesidad de crear una estrategia de juego, de comunicación, de funciones para lograr el objetivo
Y si se han entendido practicando deporte, ¿podría suceder algo similar en el trabajo?
- La práctica deportiva constante, saludable y equilibrada, tiene efectos positivos sobre la salud de los empleados: regula las cifras de presión arterial, incrementa o mantiene la densidad ósea, ayuda a mantener el peso corporal, mejora la resistencia a la insulina, minimiza o elimina molestias articulares y musculares, refuerza nuestro sistema inmunológico evitando resfriados y otro tipo de dolencias, originados por una bajada de defensas del organismo.
Actividades como la natación el running y el ciclismo producen altas cotas de bienestar físico y mental, lo que contribuye a una mejor salud laboral, que supone un menor absentismo y, por tanto, una mayor productividad.
- Practicar deporte supone tomar decisiones constantemente: tirar o no a canasta, seguir con el balón o pasarlo a un compañero, correr por esta calle o salir a la naturaleza… Esta toma de decisiones continua, dota de independencia al jugador y le lleva a descubrir nuevas habilidades y recursos. ¿Y si a partir de las vivencias deportivas, los trabajadores desarrollan recursos efectivos para tomar decisiones?
- Ahorro económico para las empresas. La puesta en marcha de programas de deporte y ejercicio saludable en la empresa estimula a las personas para hacer más cosas, concentrarse mejor en el trabajo y ser más creativas a partir de transferir al trabajo las habilidades y recursos que surgen en el deporte. Además supone una menor incidencia de bajas laborales por enfermedad, estrés o dolores musculares y articulares. Aunque la inversión de una empresa para organizar programas en favor de la práctica deportiva pueda ser más o menos elevada, a corto o medio plazo, esa inversión estará más que amortizada.
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