Beneficios de practicar deporte en las empresas

Beneficios de practicar deporte en las empresas

Practicar deporte supone aprender habilidades y desarrollar capacidades a partir de nuestro cuerpo en movimiento. Puede ser también una vía de escape, liberación de energía o desconexión que contribuye a nuestro bienestar psicológico, aportandonos sensación de relajación, claridad para pensar, razonar y paz interior…Además el deporte es un elemento de cohesión social que favorece las relaciones entre las personas, a partir del respeto, la superación, la colaboración por un objetivo común, la comunicación, la confianza, la unión, el trabajo compartido….

 

El deporte en la empresa, de manera similar a lo que sucede en otros contextos como colegios o clubes, permite establecer relaciones más o menos afectivas con compañeros de otros departamentos o edificios con los que rara vez se coincide.

 

Es un nexo de unión espontáneo, que surge de la interacciónes que se producen cuando jugamos y pasamos el balón a una persona que conocemos poco, o corremos junto a compañeros con los que tal vez no congeniamos demasiado.

 

¿Qué puede aportar la actividad deportiva a las personas de tu empresa?

 

  1. Una mejor relación entre compañeros, potencia los lazos creados en la oficina y reduce o elimina posibles asperezas o conflictos que puedan existir entre otros compañeros e, incluso, con los jefes. Los deportes y juegos practicados en grupo implican entenderse y actuar hacia un objetivo común. ¿Y si lo aprovechamos para demostrar que en la oficina también se puede llegar a entendimiento?
  2. Mejora la autoestima, a partir de generar acciones que suponen superación personal y cooperación con los demás. A través del deporte y la actividad física nos sentimos valorados, reconocidos, vemos que podemos, conocemos nuestro cuerpo…A partir de esta sensación de bienestar que produce el deporte, los empleados van a tener un plus de energía y, en especial, cuando tras el ejercicio o al día siguiente pueden compartir sus vivencias.
    Esta inyección de autoestima se traduce en mayor productividad. El empleado se siente con más ganas de trabajar y, seguramente, más concentrado y creativo, lo que puede dar lugar a una mayor capacidad de negociación y comercialización de productos.
    ¿Y si lo aprovechamos para potenciar la identificación con la empresa?
    Podría producirse un mayor engagement con la empresa, hablando en términos de social media marketing.
  3. Libera el estrés acumulado. Además de mejorar nuestra forma físíca, integrar el hábito de salir a correr, caminar o nadar antes o después de trabajar nos ayuda a liberar el estrés. Aporta sensación de relajación, desconexión y aporta equilibrio a cuerpo y mente. Se trata de reservar un rato del día para uno mismo y su deporte. Cada persona lo enfoca a su manera teniendo en cuenta su nivel de responsabilidad en la empresa y las situaciones que le toque afronatr tanto en el trabajo como en su vida personal.
  4. Favorece el trabajo en equipo. Si queremos potenciar el trabajo en equipo entre los empleados echaremos mano de juegos y deportes colectivos o transformaremos las actividades más individuales (running, natación, bicicleta), en grupales, a partir de Plantear un objetivo común para todos que suponga llegar a entenderse.

    Necesidad de crear una estrategia de juego, de comunicación, de funciones para lograr el objetivo

    Y si se han entendido practicando deporte, ¿podría suceder algo similar en el trabajo?

  5. La práctica deportiva constante, saludable y equilibrada, tiene efectos positivos sobre la salud de los empleados: regula las cifras de presión arterial, incrementa o mantiene la densidad ósea, ayuda a mantener el peso corporal, mejora la resistencia a la insulina, minimiza o elimina molestias articulares y musculares, refuerza nuestro sistema inmunológico evitando resfriados y otro tipo de dolencias, originados por una bajada de defensas del organismo.

    Actividades como la natación el running y el ciclismo producen altas cotas de bienestar físico y mental, lo que contribuye a una mejor salud laboral, que supone un menor absentismo y, por tanto, una mayor productividad.

  6. Practicar deporte supone tomar decisiones constantemente: tirar o no a canasta, seguir con el balón o pasarlo a un compañero, correr por esta calle o salir a la naturaleza… Esta toma de decisiones continua, dota de independencia al jugador y le lleva a descubrir nuevas habilidades y recursos. ¿Y si a partir de las vivencias deportivas, los trabajadores desarrollan recursos efectivos para tomar decisiones?
  7. Ahorro económico para las empresas. La puesta en marcha de programas de deporte y ejercicio saludable en la empresa estimula a las personas para hacer más cosas, concentrarse mejor en el trabajo y ser más creativas a partir de transferir al trabajo las habilidades y recursos que surgen en el deporte. Además supone una menor incidencia de bajas laborales por enfermedad, estrés o dolores musculares y articulares. Aunque la inversión de una empresa para organizar programas en favor de la práctica deportiva pueda ser más o menos elevada, a corto o medio plazo, esa inversión estará más que amortizada.

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