Prioridad 1: mi bienestar

Prioridad 1: mi bienestar

Prioridad 1: mi bienestar

Maite me cuenta que quiere empezar a hacer ejercicio, que se siente oxidada por dentro, que le gustaría bajar unos kilos y sentirse con más energía. Tiene 45 años y trabaja de 8 a 15h en una oficina. Las tardes las dedica a atender a sus tres hijos.

Reconoce que ha empezado varias veces con el deporte, pero termina dejándolo por falta de motivación y porque siempre aparecen cosas mejores que hacer.

Ahora quiere cambiar y encontrar el gusto por el deporte.

 

Nos ponemos manos a la obra para:

 

1.- Definir un foco, ¿para qué quieres hacer ejercicio? y anotar las metas que quieres conseguir con tu ejercicio. Plantéate qué te aporta el ejercicio

Maite quiere sentirse y verse mejor, bajar 3-4 kilos y empezar a correr. Afirma sentir envidia de todas esas personas que corren. Además le gustaría que sus hijos le vieran activa.

Marcamos las siguientes metas:

  • Hacer ejercicios de fuerza 5 minutos todos los días para bajar grasa.
  • Salir a caminar-correr 3 días por semana para sentirme tranquila y desconectar

Su foco, su sueño es llegar a correr 5 kilómetros dentro de 5 meses.

Ella quiere superarse y ver que sí puede. Además afirma que el ejercicio le aporta un espacio de conexión con ella misma y tranquilidad que necesita.

 

2.- Marcar un plan de entrenamiento.

Lugar, horario y tiempo de ejercicio

Toca ponerse manos a la obra.

  • Maite dice que hará los ejercicios de fuerza en su casa por la mañana nada más levantarse. Esto aporta una activación metabólica para el resto del día que le ayudará a bajar grasa. Además se sentirá más activa y enérgica cuando realiza el ejercicio al despertar.
  • Además saldrá a caminar-correr 3 días por semana, sola o con una amiga.

Ya tenemos el esquema de su plan:

  • De lunes a viernes 5 minutos de ejercicio todas las mañana
  • Lunes, miércoles y viernes entre 30 y 50 minutos de caminar-correr
  • Sábado y/o domingo: paseo o deporte en familia

 

3.- Prepara tu estrategia para el “saboteador” En el día a día aparecerán imprevistos, y tentaciones que pondrán a prueba nuestro autocontrol de prioridades. Identifica cómo reaccionas con esos “saboteadores” que te dicen mejor túmbate en el sofá o déjalo para más tarde, o no tienes tiempo…

Aquí van tres estrategias que suelen funcionar bastante bien:

  • Déjate una señal preparada que asocies con tu deporte: puedes preparar tu ropa el día anterior o tu música, o pensar la ruta que harás, cómo te sentirás…
  • Actúa sin pensar, no des tiempo al juego interior del si voy/no voy. Pasa a la acción cuanto antes.
  • Anota en tu agenda la hora en la que harás deporte en el apartado de tareas importantes del día.

 

4.- Asocia tu ejercicio con hábitos saludables de alimentación y descanso

El deporte se convierte en el arranque de otros cambios positivos. Descubrirás que te alimentas de forma más consciente y que duermes y descansas mejor.

El deporte va mucho más allá del puro esfuerzo físico, es conexión con uno mismo, momento para estimular la creatividad y generar ideas nuevas, sentirse libre, compartir con otros, conocer los propios límites, divertirse. Genial generador de estados de ánimo positivos que nos impulsan y motivan hacia metas y sueños.

 

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